domingo, 23 de diciembre de 2007

La guerra de los mundos: el ataque del polvorón gigante se acerca (gracias Carolina Núñez por tu polvorón)





A pesar de todo querido Andrés, buscamos afortunados a merced de nuestros huevos alados y oníricos.

Somos unos privilegiados, tanto por poder hacer lo que nos gusta en clave transgresora y degenerada, como por los cráneos y el amor al cine.

Me gusta tu alarmismo apocalíptico. Pero sabe(mo)s y graba(mo)s que la vida puede ofrecer algo más en cualquier esquina y cuando menos te lo esperas…DIDOLA PIDOLA POM

El artista es un pelele en manos de los poderosos pero...
Tragar en el trabajo, en el amor, tragarse a uno mismo… siempre tragar, autocensurarse, evaporarse…
y al final ser honesto con uno mismo o no.

Me han dejado la única iglesia desacralizada en Sevilla, el nuevo Espacio Iniciarte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, para que la videe y les estoy muy agradecida y alucinada (ándele con el autobombo, jajaja), no veas como me pone ver al Demonio del Amor y a Diana Lucífera levitando por la iglesia. Vamos que sólo falta que los mezclaran allí con el Gran Poder y La Macarena, en una ciudad como es Sevilla que se abre muy lentamente a otras artes más contemporáneas.

Estoy perdida en la sobreabundancia y el archiveo, por mucho yoga que practique para intentar limpiarme.

El móvil me está dejando un muñón, más que una mano-ojo.

Mi proyecto consistía en parodiar esa violencia de las agresiones filmadas con móvil.
Pero, ahora pienso, ¿para qué?. Si eso es una gran mojona.

No me siento libre y qué… ¿quién lo es completamente en este extraño mundo?
Intentar que en la vida, en nuestras películas y textos, pulule el fantasma de la libertad, una inquietud que Louis Ferdinand Céline, en su Viaje al fin de la noche, describe en este bestial aforismo: “El amor es el infinito al alcance de los caniches, y yo tengo mi dignidad”.
Y parafraseo:
“La libertad es el infinito al alcance de los caniches, y yo tengo mi dignidad”.

¡Feliz Apocalipsis!

2 comentarios:

armadillo dijo...

¡ Venid, venid, caballero ! Aburrámonos juntos.

Luis XIII

Anónimo dijo...

¡jajajaajaa
ay, Luis XIII armadillo,
tú que te vas a aburrir si eres la sal de la vida y una polvorilla!